viernes, 18 de marzo de 2016

¿CUANTOS LIBROS LEER EN UN AÑO?

Antes de fin de año, como siempre, hice mi lista de propósitos para el año nuevo. En 2015 leí 18 libros, así que me marqué una meta de 20 para 2016.

¿Por qué 20? Primero, porque prefiero una meta realista. Hay años que leo mucho, otras que me lo tomo con más calma y otras que no leo sea por andar demasiado ocupado o por falta de ganas. Sé que mi ritmo de lectura durante el año no será el mismo y veo absurdo plantearme una meta difícil de conseguir. Si consigo leer más de 20, ¡Perfecto! Si me quedo en veinte, también perfecto :) 
Y segundo, porque quiero disfrutar lo que leo y no convertirlo en una obligación. He visto gente marcándose retos de 50 libros, hasta 100 libros leídos por año. Si ellos pueden leerlos, asimilarlos y disfrutarlos me parece muy bien, pero volvamos a la meta realista y coherente.

Entendiendo que hablamos de algo que escogemos voluntariamente, debemos tener en cuenta que:
- Marcarnos un objetivo personal nos sirve para mejorar, para probarnos a nosotros mismos. Debemos analizar nuestras posibilidades y prioridades, e intentar ir un poco más allá para conseguir esa mejora. ¿Para qué marcarnos un objetivo demasiado ambicioso si sabemos que las posibilidades de lograrlo son escasas? Hay que fijarnos una meta con una dificultad que nos permita lograrla con esfuerzo, pero no tan difícil que no alcancemos a lograrla o que terminemos haciéndola por obligación. Lo que nos lleva al siguiente punto:
- La lectura es un placer, una actividad de ocio. La escogemos porque nos gusta, para entretenernos, para aprender, para pasar un buen rato. La meta que nos fijemos no debe pasar por encima del fin verdadero de la lectura.

Pongamos que me fijo una meta de 50 libros por año. Con mi ritmo de lectura, si pretendo leer 50 libros terminaré  leyéndolos deprisa y corriendo y/o por obligación. Y si la lectura es placer, ¿Qué sentido tiene leer con prisas y obligatoriamente? Sería una meta demasiado ambiciosa que no conseguiría, y si intentara lograrla eliminaría tanto la finalidad para la que escojo leer (por diversión) como la completa asimilación y disfrute de lo que leo.


Por eso, a la hora de fijarse un determinado número de libros a leer en un año, es bueno analizar nuestras circunstancias: trabajo o estudios que puedan influir en el ritmo de lectura, constancia y prioridades. Tener un objetivo a lograr para mantener o aumentar nuestro hábito de lectura es algo bueno, por eso es necesario que sea una meta realizable, para que nos permita disfrutar y vivir lo que leemos.